¿Quién es mi prójimo?
Por el Pastor Netz Gómez:
Un interprete de la ley, o un abogado de los tiempos de Jesús, le hizo esta pregunta para preservar su actitud negativa hacia aquellos que despreciaba y el Maestro le respondió con una historia
Lucas 10:30-35 ‘Respondiendo Jesús le dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado del camino. 31 Por casualidad, un sacerdote pasó por allí, pero cuando vio al hombre en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo. 32 También un levita [ayudante del templo] cuando llegó cerca de donde él estaba se desvió y pasó de largo. 33 Pero un samaritano [despreciado], que iba de viaje, se acercó a él y cuando lo vio, fue movido a misericordia [sintió compasión] 34 Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite [de oliva] y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevo a un alojamiento y lo cuidó 35 Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. Le dijo: Cuídamelo, y lo que gaste usted demás, se lo pagaré cuando vuelva.”
Vivimos en una sociedad que mas que nunca básicamente esta involucrada en sus propios asuntos al punto de pasar por alto a los que están alrededor especialmente a los que padecen necesidad.
Esta parábola es una invitación para tomar la iniciativa con personas que se encuentran en problemas lo cual a menudo nos enreda en situaciones embarazosas, difíciles e incluso peligrosas. Una pregunta que surge al leer la historia de Jesús es ¿Por qué estas dos personas que debieron mostrar el amor de Dios no lo hicieron? ¿Era miedo por su propia seguridad (los ladrones aún podían estar cerca), miedo a la contaminación, miedo a enredarse? ¿O simplemente egoísmo? Por alguna razón ambos pasaron de largo.
Ahora, algo muy paradójico es que Jesús usa a un samaritano como el buen ejemplo de misericordia siendo que ellos lo acababan de rechazar impidiéndole que pasara por su ciudad (Lc. 9:54). El “Samaritano” era el menos probable de los tres viajeros para ofrecer ayuda, pero lo hizo.
Al colocar al “Samaritano” en la primera posición de la oración, Jesús enfatizó el contraste entre él y los otros dos viajeros. La compasión que sintió superó su prejuicio racial contra los judíos. La compasión del samaritano contrasta con la insensibilidad del sacerdote y el levita hacia uno de sus propios “prójimos”este hombre era judío como ellos. La compasión del samaritano le llevó a tomar medidas para ayudar a la víctima. El aceite calmó las heridas de la víctima y el vino las desinfectó. Estos eran remedios caseros para las heridas en esa época.
El amor del samaritano era obvio en su voluntad de incomodarse a sí mismo y al hacer sacrificios generosos y costosos por el bien del otro hombre. La autenticidad de su amor se deduce cuando al día siguiente (v.35) pagó por los cuidados adicionales que fuera a necesitar este prójimo desconocido y judío. Cuesta una fracción de un denario vivir por un día, por lo que el regalo del samaritano excedió las necesidades del hombre.
Jesús concluye Su lección haciéndole la pregunta a este experto de la ley en el v.36 ‘¿Quién, entonces, de estos tres te parece que [demostró que] fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones [atacado por los bandidos]?’
Jesús utiliza en diferentes ocasiones y también en esta, el método de hacer preguntas para hacerle pensar y que este hombre concluyera la respuesta, más que simplemente darle la respuesta obvia para hacer un despliegue de Su sabiduría. El propósito del Maestro era realmente ayudarle a llegar a la conclusión correcta por sí mismo y eliminar los argumentos que hubiera dentro de él. Necesitamos gracia para crecer en amor y humildad y ayudar a las personas a pensar en vez de mostrar que sabemos algo; el punto no es lucirnos como inteligentes sino ayudarles a pensar por sí mismos para que eliminen sus argumentos y pretextos.
Jesús dio la vuelta a la pregunta original del abogado y centró la atención donde debería haber estado. El tema no es quien es prójimo lo cual es obvio sino si estamos dispuestos a mostrarles amor a todos. El sacerdote y el levita habían evitado la contaminación y la impureza ritual, mientras que el samaritano se había contaminado.
No es tanto quien es tu vecino sino si estas dispuesto a mostrarle amor, el samaritano de esta parábola le estaba poniendo la muestra a este experto en la ley. El verdadero prójimo del judío fue el samaritano que mostró misericordia. El punto de Jesús no era responderle quien era el prójimo, porque eso es obvio sino que él debía mostrar misericordia a cualquiera que estuviera cerca y que tuviera necesidad aunque no le agradara esa persona. No es tanto quien recibe el amor sino quien lo da. Que el Espíritu Santo nos llene de la misericordia de Cristo para mostrar misericordia a cualquiera que se nos atraviese sin importar si es conocido o desconocido. Los que tenemos más cerca como puede ser nuestra familia son los que podemos tomar más a la ligera o tener más prejuicios y por lo tanto no mostrarles la compasión de Cristo.
Espíritu Santo, llénanos de la compasión de Cristo por todos los que nos rodean para ayudarles, compartirles, ministrarles de parte Tuya; que podamos salir de nuestro ensimismamiento, Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Preguntas & Respuestas con Pastor Netz:
Le invitamos a escuchar una de las preguntas recibidas en nuestro programa Consejos para la familia durante el mes de Noviembre.
El programa de Pastor Netz Gómez Consejos Para La Familia se transmite por Radio Inspiración en:
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Grasias Partor por su pasion a la obra De Dios y cuidar de la viña del Señor le agradezco su tiempo y su dedicación Dios le siga derramando en su vida más sabiduria entendimiento y conosimiendo le deseo fresca uncion y q el Señor le revele los tesoros escondido del evangelio Grasias